Caracterización del cultivo de Algodón en la Provincia de Santa Fe y análisis de la campaña 2023 / 2024

La campaña 2023/2024 finalizó con un resultado dispar dependiendo de las zonas, ya que por razones climáticas, se sembró de manera tardía, el cultivo posteriormente pasó por un período de estrés hídrico y térmico, con una maduración en un ambiente húmedo y de baja radiación, resultando en rendimientos dispares y regular calidad de fibra. 


En el siguiente informe se realiza un comentario sobre lo acontecido en la campaña algodonera 2023/2024 en la provincia de Santa Fe según el relevamiento de la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (APPA). Para mayor información, sugerimos visitar la revista de la correspondiente campaña tanto de manera física como virtual en ésta página web.


El área implantada en la provincia de Santa Fe aumentó con respecto a la campaña anterior un 17%, ubicándose en 180.500 ha. Sin embargo, la estimación del área sembrada fue de 188.300 ha., registrándose pérdidas de 7.800 ha. debido a condiciones climáticas.  Por otro lado, no llegó a sembrarse un 10% de superficie prevista, debido a que los excesos hídricos retrasaron la siembra, a tal punto que no fue conveniente sembrar. En la Figura 1 se puede observar el área sembrada en Santa Fe, desde la campaña 1993/94 hasta la actualidad.

Figura 1. Evolución del área sembrada (ha) de algodón en la provincia de Santa Fe desde 1993 hasta la actualidad.

El promedio del área sembrada desde la campaña 2009/2010 es de 93.060 ha. con una desviación de 43.500 ha., es decir, un coeficiente de variación del 47%. En la Figura 2 se presenta la proporción de superficie por departamento promedio de los últimos 11 años.

Figura 2. Superficie promedio por departamento de las últimas 11 campañas algodoneras.

Respecto al aporte de área de siembra de la provincia de Santa Fe en relación a la superficie algodonera nacional, se menciona que en la década del 2001/2010, el área de Santa Fe representó entre el 3 y el 10% del área nacional, mientras que en la década 2011/2020, Santa Fe aportó entre el 10 y el 28% del área nacional, con un promedio del 19%, y siendo en esta campaña (2023/24) del 29%.

Destacar que la superficie sembrada con algodón en la Provincia, se realizó por segundo año consecutivo en conjunto con la Dirección Nacional de Estimaciones Agrícolas, el Ministerio de Desarrollo Productivo de Santa Fe y el relevamiento propio de APPA.

Análisis de la campaña 2023/2024

En la campaña 2023/2024 se continuó con el relevamiento de datos productivos del cultivo de algodón, a través de las Comisiones Zonales Sanitarias (CZS), con énfasis en la lucha contra el picudo del algodonero. El mismo se realizó en los domos Este y Oeste de la Provincia, en los departamentos General Obligado, San Javier, Vera y 9 de Julio. En general la campaña 2023/24 fue variable en cuanto a rendimientos y calidad, dependiendo fundamentalmente de la exposición a mayores o menores niveles de estrés hídrico y térmico durante enero y febrero. El efecto del estrés dependió mayormente de la fecha de siembra, que fue mayoritariamente tardía, y en menor medida, de la zona, más allá del potencial productivo de cada una de ellas. Esta siembra mayormente tardía expuso el período crítico del cultivo en un momento diferente a otros años, que causó problemas con la calidad de fibra, situación agravada con las heladas. El rendimiento promedio Provincial fue un 20% superior al histórico, similar situación ocurrió para el Oeste Provincial (18% superior al histórico), mientras que para el Este Provincial fue un 15% inferior al promedio histórico. En cuanto a calidad de fibra, por las condiciones climáticas, se vieron afectados varios parámetros, entre ellos micronaire y longitud, pero, en mayor medida y el que más afectó a la economía del productor, fue el bajo rendimiento al desmote obteniendo principalmente en lotes de siembra tardía y los que fueron a un segundo ciclo de floración, donde las heladas también jugaron un papel negativo.

Síntesis de la campaña en el Este de Santa Fe (domo oriental).

La campaña inició con precipitaciones en la primera quincena de septiembre, dándose un período sin lluvias hasta la segunda quincena de octubre, que sumado a días nublados y fríos, la implantación resultó muy baja. Durante noviembre, las lluvias fueron de medias a superiores, pero con una frecuencia de 3 a 5 días, que sumado a días nublados y húmedos, imposibilitó un avance óptimo de la siembra. La mayoría de los lotes sembrados, se mal lograban por encharcamientos y pérdidas de plantas. Durante diciembre, las precipitaciones fueron superiores al rango superior medio, por lo que los días de siembra desde octubre fueron muy pocos y se terminó sembrando un 50% de lo proyectado, que rondaba las 18.000 ha.

La gran mayoría de los lotes que se sembraron y que lograron un adecuado stand de plantas, presentaron pérdidas de superficie por encharcamiento, siendo mayor o menor en función de cada lote, pero rondando en un 5%. A fin de diciembre, los lotes que fueron sembrados en octubre se encontraban en pimpollado e inicios de floración, en buen estado, y los demás entre recién nacidos y en desarrollo vegetativo, en estado regular a bueno. El control de malezas en general fue bueno, sin presencia de plagas, con bajos niveles de capturas de picudo del algodonero.

Durante enero, se dieron precipitaciones abundantes que se concentraron en la primera quincena, con buenos niveles de temperatura y radiación durante la segunda, que permitieron la recuperación de las plantas. El cultivo, en toda el área, se encontraba entre inicio de pimpollado y pleno llenado de bochas en estado bueno y muy bueno. Sin embargo, a fines de enero y principio de febrero, se registró un período de altas temperaturas, que sumado a la falta de lluvias, expuso al cultivo a condiciones de estrés hídrico y térmico, entre leve a muy fuerte dependiendo de las zonas y del manejo del lote, con consecuencias, que si bien fueron menores para el cultivo en general, se registraron lotes donde el aborto de estructuras reproductivas fue importante, y se marcaron las diferencias entre zonas y lotes. Estos lotes fueron a un segundo ciclo de floración.

En cuanto a plagas, debido a las elevadas precipitaciones de diciembre y enero, se tuvieron que realizar controles de manera puntual por pulgones y chinches horcias. También, en lotes puntuales, se registraron daños en estructuras reproductivas por picudo del algodonero. En la segunda semana de febrero, luego de nuevas lluvias, se realizaron aplicaciones de reguladores de crecimiento, herbicidas e insecticidas para el control de pulgones, chinches, picudo y orugas capulleras. El cultivo se encontraba entre plena floración, llenado de bochas y apertura de cápsulas a fin de febrero.

Durante el mes de marzo las precipitaciones estuvieron por debajo de la media histórica, fundamentalmente en el extremo norte y sur del domo, con días de temperaturas elevadas, principalmente a mediados de mes. Ésta situación, produjo leve estrés hídrico en el cultivo, en las zonas donde el acumulado por lluvia fue bajo. En general, el estado fenológico del cultivo era de pleno llenado y apertura de bochas

Abril fue un mes húmedo, con lluvias y días nublados, con temperaturas templadas, lo que acarreó problemas con la actividad de los defoliantes y/o desecantes, la maduración de bochas y el avance de la cosecha, como así también el rebrote del cultivo defoliados o no, y brotado de semilla con manchado de fibra. La población de picudo del algodonero seguía aumentando y las condiciones para su control no fueron buenas debido a la falta de piso. La plaga comenzó a picar cápsulas chicas a medianas, que si bien no abortaron, presentaron detrimento de calidad de fibra, y en zonas más húmeda, se dió la situación de colonización de hongos que causaron pudrición en las cápsulas próximas a abrirse, como así también las que se encontraban en plena maduración. Los lotes que fueron a un segundo ciclo de floración, fueron los más perjudicados.

En mayo las precipitaciones fueron muy inferiores a la media, con días favorables y desfavorables para la cosecha, pero en general, se caracterizó por las actividades de defoliado/desecado, con varias fallas en los tratamientos por baja temperaturas y días nublados. El avance de cosecha a fin de mayo era del 40%, y un 10% de la superficie todavía estaba en maduración de bochas.

Durante el mes de junio la cosecha se fue acelerando con el paso del mes, el proceso de defoliación mejoró, y a fin de mes se registró una helada importante, que sumada a otras a mediados de julio, permitió un avance rápido en la cosecha, que finalizó en la primer semana de agosto. Ésta primer helada se registró más tarde con respecto a las últimas dos campañas.

Las precipitaciones en promedio en el domo oriental fueron un 40% superior al promedio normal de lluvias, es decir, que entre septiembre y junio el acumulado promedio en el domo fue de 1.620 mm frente a los 1.175 mm que normalmente llueve en igual período.

En el domo oriental se contabilizaron 8.500 ha. implantadas, mientras que la intención de siembra era de al menos un 100% más, no pudiendo llegar a implantarse y/o sembrarse,  producto de los excesos hídricos ocurridos.

Resumen de la campaña en el Oeste de la Provincia (domo occidental).

La campaña en el oeste de la provincia comenzó con escasez de precipitaciones. Durante septiembre y octubre, fueron inferiores a la media, solo en el extremo norte se dieron acumulados importantes, lo que permitió la siembra de unas pocas hectáreas. Durante el mes de noviembre, las precipitaciones a lo largo y ancho del domo fueron optimizando la carga de humedad en el perfil, fundamentalmente en la segunda mitad del mes, lo que permitió seguir avanzando con la siembra, que llegó a un 60/70%. Durante el mes de diciembre, se pudo terminar de manera general la siembra del cultivo. El mismo se encontraba en óptimas condiciones, desde buenos a muy buenos, en vegetativo hasta pimpollado/floración, sin problemas graves de malezas. En cuanto a picudo del algodonero, al momento, las capturas fueron nulas o muy escasas y no se observaban daños. En lotes puntuales se realizaron controles por oruga capullera. Se destaca también el daño ocasionados en prácticamente toda el área de siembra de la porción centro-oeste del domo, relacionado a fitotoxicidad por herbicidas hormonales y desecantes, que fueron producto de tanques con lavado deficiente, concentración de activos en suelo y deriva por aplicaciones aledañas.

Durante el mes de enero, las precipitaciones se concentraron en los primeros diez días, con valores entre regulares a muy buenos dependiendo de las zonas. En zona de los bajos submeridionales las mismas fueron elevadas, mientras que en los extremos norte y sur del domo fueron óptimas, y en la porción central deficientes. Durante la segunda mitad del mes, las altas temperaturas comenzaron a afectar al cultivo por estrés hídrico y térmico, que fue más severo en las zonas donde las lluvias habían sido deficientes, dañando mayormente a lotes nuevos y con siembras tardías. Ésta situación se extendió hasta mediados de febrero. En los cultivos sembrados en fecha temprana (fines de octubre e inicios de noviembre), el daño por pérdida de estructuras reproductiva fue importante, mientras que en los sembrados tardíamente, el daño en estructuras reproductivas fue menor, ya que se encontraban en inicios de pimpollado y las precipitaciones de mediados de febrero permitieron una mejora sustancial de los lotes. La mayoría de los lotes afectados, fueron a un segundo ciclo de floración. El estrés en la zona de los bajos submeridionales fue menor. Durante éste mes, fue necesario realizar controles contra trips, arañuela, pulgones, chinches, orugas capulleras y picudo del algodonero, que a fines de febrero, se comenzaron a observar lotes con daño en las estructuras reproductivas, que al momento no revestían de importancia económica. En cuanto al estado general, a fines de febrero, el cultivo se encontraba entre regular y muy bueno, dependiendo de las condiciones antes descriptas, y entre floración y apertura de cápsulas. En relación al control de malezas, la situación era dispar, es decir, había lotes limpios sumando a los que se estaban limpiando para la cosecha, pero también se registraban varios lotes con problemas de malezas de difícil control como ser yuyo colorado, enredaderas, gomphrena, escoba dura y en casos muy puntuales, chañares.

Durante marzo, las lluvias fueron escasas en la porción centro-sur, lo que se tradujo en estrés hídrico para los cultivos, y aceleramiento de la apertura, mientras que fueron de medias a abundantes en la porción norte del domo, lo que permitió al cultivo terminar el ciclo de formación y llenado de bochas de una forma óptima en la generalidad de los lotes. En ambos casos, las precipitaciones se dieron durante la primera quincena del mes. En marzo se dio comienzo a la cosecha en el extremo norte del domo, con rendimientos dispares. El estado general de los lotes estaba entre regular y muy bueno, situación que continuó durante el resto de la campaña, según se dieron las lluvias pero también el manejo del lote desde el barbecho y el antecesor. En cuanto a picudo del algodonero, la situación era dispar, es decir, había lotes con alta presión pero con manejo adecuado, y lotes con baja presión de la plaga, que al momento no requerían controles.

Durante el mes de abril, la situación de elevada humedad ambiental, con lluvias y lloviznas, con temperaturas moderadas, produjo en mayor o menor medida según lotes, rebrote foliar, brotado de semilla y manchado de fibra, ataque de hongos en cápsulas y posterior pudrición de la fibra y bochas medias y superiores que no se habrían. En cuanto al manejo, hubo retraso en las aplicaciones de defoliantes y/o desecantes, y en el avance de la cosecha.

Durante mayo, las precipitaciones fueron escasas. Sin embargo, se registraron varios días nublados y húmedos, con temperaturas bajas, lo que perjudicó la maduración de los lotes sembrados en fecha tardía, como así también la efectividad de los defoliantes y/o desecantes aplicados. En cuanto al avance de cosecha, se ubicaba en torno al 30%, con mayor proporción en la porción norte del Dpto. 9 de Julio y noroeste del Dpto. Vera, en relación al centro-sur del Dpto. 9 de julio.  Entre los días 26 y 28 de mayo, se produjeron heladas intensas que terminan por secar las hojas, y se detuvo el llenado de bochas superiores en lotes más atrasados, produciendo un cierto daño económico por falta de llenado, como así también la producción de pimienta al momento de la cosecha. Durante junio la cosecha fue tomando impulso, acelerándose durante los últimos días, ya que durante los primeros, se esperó al efecto quemado de la helada de fin de mayo; el avance de cosecha llegó al 45%. A finales de junio se produjeron nuevamente heladas, por lo que en julio la cosecha se aceleró de manera importante, llegando al 80% y finalizó a finales de agosto. Se estima que alrededor de un 5 a 10 % de lotes fueron afectados económicamente en su rendimiento producto de las heladas tempranas, ya que no llegaron a completar la maduración de las bochas apicales.

Se estima además, que se llegó a implantar entre el 90-95% de la intención de siembra, ya que los excesos hídricos impidieron llegar al objetivo deseado. Se llegaron a implantar 172.000 ha. en el oeste de la Provincia.

Las precipitaciones en promedio en el domo occidental fueron similares al promedio normal de lluvias, es decir, que de septiembre a junio el acumulado promedio en el domo fue de 1.020 mm frente a los 955 mm que normalmente llueven en igual período.

En cuanto al picudo del algodonero, las capturas comenzaron siendo muy bajas o nulas en todo el domo, sin embargo, conforme fue avanzando la campaña, se dieron condiciones propicias para su multiplicación, que si bien no se llegó a un daño económico importante, determinados lotes por falta de manejo adecuado por diversas situaciones, tuvieron pérdida de rendimiento y calidad de fibra.

Picudo del algodonero

Al comienzo de la campaña, las capturas del picudo del algodonero eran nulas o muy bajas en toda el área algodonera. Esta situación se dio ya que se salía de una campaña e invierno secos y por lo tanto, las posibilidades de reproducción de la plaga fueron restringidas.

Sin embargo, durante los meses de diciembre y enero, cuando el cultivo se encontraba generando estructuras reproductivas de manera importante, se dieron situaciones que favorecieron la instalación de la plaga. Posteriormente se dificultó el control, ya que no se pudieron realizar controles por falta de piso y por falta de equipos pulverizadores que estaban abocados a otros cultivos o barbecho, ya que soja y maíz venían con una siembra muy atrasada, producto de las condiciones climáticas, y al momento de decidir aplicaciones, había que dar prioridades. Estas situaciones hicieron que la plaga comience su reproducción paulatina y que durante abril, con días húmedos, lluvias y temperaturas templadas, la plaga experimente un aumento exponencial de su población, llegando a ser muy alta a fin de campaña.

Esta situación obligará a extremar los cuidados para la próxima campaña, y deja como aprendizaje que, si bien se arrancaba una campaña con nula o muy baja presencia de la plaga, si no se procede a manejarla adecuadamente, puede tener un potencial de daño muy importante. En las últimas tres campañas, los niveles de infestación de la plaga estuvieron por debajo del promedio normal, pero en la campaña 2023/24, principalmente desde febrero, los niveles registrados de la plaga fueron muy altos. Según el relevamiento, el 90% de la superficie no experimentó daño económico por picudo en la campaña 2023/24.

Rendimiento promedio

El rendimiento promedio sobre superficie implantada en la provincia de Santa Fe, en función del relevamiento y ponderado por superficie entre el domo occidental y el domo oriental fue de 2.015 kg.ha-1 de algodón en bruto, siendo un 19,5% superior al promedio de los últimos 22 años. En la Figura 3 se puede observar la evolución de los rendimientos en bruto a nivel Provincial.

Figura 3. Evolución del rendimiento promedio de algodón en bruto (kg.ha-1) en la provincia de Santa Fe sobre superficie cosechada durante 23 campañas. La línea negra muestra rendimiento promedio general.

El rendimiento promedio de las últimas 23 campañas es de 1.680 kg.ha-1 de algodón en bruto, con un coeficiente de variación del 24%.

Los rendimientos por región indican las siguientes cifras:

Zona Oeste de la Provincia. En la campaña actual el rendimiento en la zona oeste provincial fue de 2.050 kg.ha-1 (±550 kg.ha-1), donde en general en la zona de los bajos submeridionales los rendimientos fueron superiores al promedio y en la zona central, oeste y sur, inferiores al promedio. Se destaca la amplitud del desvío de los rendimientos obtenidos debido a la irregular distribución de las precipitaciones y al tiempo de barbecho de los lotes (principalmente de los nuevos), ya que las precipitaciones de invierno y primavera fueron muy bajas como para tener una adecuada recarga del perfil hídrico.

Zona Este de la Provincia. Para la zona este, en la campaña actual el rendimiento promedio fue de 1.265 kg.ha-1 (±590 kg.ha-1), donde en general fueron menores al promedio en la porción centro-norte y mayores al sur del domo. Se destaca el desvío estándar de los rendimientos, donde  muestra que hubo rendimientos medios en torno a los 600 a 700 kg.ha-1 y lotes de alrededor de los 1.800 kg.ha-1 de algodón en bruto. Esta desviación está atribuida a la distribución de las precipitaciones en los diferentes estadios del cultivo, fechas de siembra y zonas agroecológicas.

En cuanto a los rendimientos promedios históricos, en el domo occidental el valor promedio es de 1.730 kg.ha-1 con un coeficiente de variación del 27%, mientras que en el domo oriental, es de 1.505 kg.ha-1 con un coeficiente de variación del 21%.

Figura 4. Evolución del rendimiento en bruto (kg.ha-1) del cultivo de algodón por regiones (domos) en la provincia de Santa Fe. Datos de 22 campañas.

Rendimiento de fibra

Los datos relevados indican a nivel Provincial un rendimiento de fibra al desmote promedio del 26,3% (±3,3 p.p.), donde en el Este fue del 28,5% y en el Oeste de 25,8%. El rendimiento promedio de fibra en la campaña se ubicó en los 530 kg.ha-1, en tanto que el de las últimas 15 campañas se ubicó en los 541 kg.ha-1 de fibra, y un 28,8% al desmote (Figura 5). Se destaca que al inicio de la campaña el rendimiento promedio al desmote se ubicaba en 28,3% y finalizó en 24%, en aquellos lotes de siembra tardía, y que fueron a un segundo ciclo de floración, donde se expuso la maduración de bochas en condiciones agrometeorológicas no propicias; todo causado por la imposibilidad de sembrar en fecha óptima.

Figura 5. Rendimiento de fibra (kg.ha-1) y porcentaje de desmote registrados en los últimos 15 años.

En cuanto al grado comercial promedio de calidad de fibra, el mismo estuvo entre D y D 1/4 a nivel Provincial, siendo similar situación en ambos domos. Haciendo una equivalencia con la Graduación Universal corresponde a Strict Low Middling. Por otro lado, cabe destacar, que el grado comercial se mantuvo en el rango antes mencionado durante la campaña.


En la revista tanto digital como física, se pueden observar datos promedios de las últimas campaña relacionadas a sistema de labranza, fertilización, cultivos antecesores, sistema de cosecha, utilización de herbicidas pre-emergentes y las variedades más utilizadas. Con cada uno de los puntos anteriores, se realiza un análisis y el impacto en los rendimientos.




 

 

 

El contenido de esta publicación es propiedad intelectual de su autor. Las copias totales o parciales están prohibidas sin su autorización expresa. En caso de referenciarse a esta publicación, se debe indicar el nombre del autor y del sitio web de APPA.

Compartí esta publicación

Cristian Zorzon

Ingeniero Agrónomo egresado de la Universidad Nacional del Litoral - Facultad de Ciencias Agrarias – FCA, UNL. Presidente la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (APPA).

Traducir / Translate »