Las consecuencias de la pandemia en el mercado internacional del algodón
Presentación del Dr. Georges Toby, Vicepresidente del CICCA acerca del impacto del COVID-19 en el sector algodonero, en el marco del Día Mundial del Algodón.
«Un virus puede tener consecuencias más poderosas que cualquier acto terrorista», dijo el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La verdadera historia de la “pandemia comenzó en China, en septiembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, aunque para el mundo empezó oficialmente en diciembre de 2019.
Nadie sabe a ciencia cierta como el virus apareció y se expandió.
Varios médicos chinos dieron la alerta en septiembre de 2019 y poco a poco, las autoridades fueron tomando la temperatura de la crisis sanitaria a la que, se enfrentaban, y deciden imponer medidas drásticas de confinamiento.
A partir de aquel momento comienza en las redes sociales una actividad frenética de noticias y de “fake news” que crearon una confusión terrible en el mundo.
Nuestro mundo, está dominado por una arquitectura capitalista, y si hay algo que no les gusta a los empresarios y a los inversores, es la incertidumbre.
La crisis de corona virus trajo como consecuencia inmediata un nivel de imprevisibilidad extremo.
Los testimonios que llegaban desde China en las redes sociales hablaban de ciudades desiertas y de una situación de psicosis a la más mínima tos.
CHINA, PRODUCCION, CONSUMO Y PANDEMIA
Hace más de veinte años el mundo textil eligió a China como fuente de fabricación con mano de obra barata.
China es, el mayor productor textil del mundo y produce además muchos accesorios para la ropa, como botones, cremalleras, hilos, etc.
Es más, ciertos productos solo se fabrican en CHINA.
El resultado de la pandemia en CHINA fue, el cierre de muchas fábricas en todo el país, (China representa el 30% de la producción industrial mundial).
Con una población de alrededor de 1.400 millones de personas, China es además uno de los principales mercados para la industria textil, especialmente en el sector del lujo (alrededor de un tercio de las ventas mundiales).
De hecho, mientras que la industria de lujo y las marcas premium quedaban menos expuestas (en particular porque parte de su producción se fabrica en Europa), el sector de la “moda rápida” (las grandes cadenas que tenían en preparación las nuevas colecciones para el 2021) fue el más afectado.
Las marcas de gama baja y media sufrieron, el modelo económico de “fabricación masiva – fast fashion” como ZARA, HM, etc. que necesitaban y dependían de una producción y de colecciones que debían llegar al mercado en una fecha determinada.
En términos funcionales de la moda, esto se denomina “impacto de abastecimiento”: cuanto más dependían las empresas de las fábricas chinas para tener preparados sus stocks de distribución, más doloroso era su cierre.
Esta crisis en el suministro de la industria textil permitió, que se plantee la cuestión de cambiar el origen de los suministros.
Es decir, deslocalizar toda o parte de su producción de China a otros países o regiones, en particular Europa del Este, el Magreb y el sudeste asiático.
Sin embargo, había que tomar en cuenta que incluso un cambio parcial en la producción implicaría muchos desafíos legales, financieros y logísticos.
PERDIDAS PARCIALES EN LAS VENTAS EN EL SECTOR TEXTIL
Las medidas de confinamiento generalizadas en todo el mundo obstaculizaron no solo el buen funcionamiento de las fábricas, sino también del comercio mundial.
La limitación de las actividades de la población fuera de sus hogares y / o sujeta a restricciones de salida, trajo como consecuencia inmediata el desmoronamiento de las ventas de ropa y de los productos textiles.
Muchos países optaron por cerrar aquellos negocios considerados «no esenciales», entre ellos las tiendas de ropa.
• Adidas: Perdió el 80 % de sus ventas en el mercado chino entre enero y marzo del 2020 con pérdidas de 1,13 mil millones dólares.
• Ralph Lauren: Las ventas cayeron en todo el mundo en 70 millones de dólares.
• Gap registro una caída de sus ventas en todo el mundo de aproximadamente 100 millones de dólares.
• Inditex (ZARA) cerró 3.785 tiendas sobre 7.000 en 39 mercados (más de la mitad de sus puntos de venta) y las ventas cayeron en un 24,1% durante la primera quincena de marzo de 2020.
Por el momento no se puede evaluar las repercusiones de la pandemia a medio plazo dado que los principales países importadores todavía están bajo el efecto del shock y esperando una segunda ola.
En última instancia, la pandemia podría cambiar la estructura de las cadenas de suministro globales, del comercio en la industria textil y de los sectores de la confección, cuero y zapatos, y acelerar la repatriación de la producción.
En la Unión Europea las ventas de la industria textil y la ropa se han reducido en un 55% durante el primer semestre del 2020
FRANCIA
Desde finales de febrero, Francia ha estado en la primera línea de combate de la propagación de la epidemia de COVID-19.
Para contener esta pandemia, el gobierno francés ordeno el cierre, a partir del 15 de marzo de 2020 y por tiempo indefinido, de todos los negocios no imprescindibles, como bares, restaurantes, tiendas de ropa, etc.
Esta medida afecto directamente a la actividad de la industria textil.
ITALIA
El norte de Italia, y particularmente la Lombardía (cuya capital, Milán, es un lugar importante de la industria de la moda), se vio afectada fuertemente por la pandemia. De hecho, muchas industrias textiles que suministran a las marcas de lujo están ubicadas en esta región que entro en confinamiento el 8 de marzo de 2020.
La industria de la moda representa en Italia 100.000 millones de dólares.
En Centroamérica la repercusión de la pandemia fue inmediata ya que las exportaciones se frenaron casi en totalidad.
NICARAGUA
Prevé que sus exportaciones caigan durante todo un año.
GUATEMALA
Ha anunciado retrasos en la expedición de sus productos durante un año.
MEXICO
En México, las maquinas, que fabrican en particular artículos textiles, detuvieron la producción en aplicación de un decreto federal que ordenaba el cese de todas las actividades económicas no esenciales durante al menos un mes.
El sector emplea a más de 2,1 millones de trabajadores.
EE. UU.
China privilegio las compras de algodón americano para respetar el acuerdo de fase 1 firmado en enero último.
En el sudeste asiático el Impago de los sueldos y el cierre de las fábricas han sido las consecuencias para los trabajadores en los países donde el sistema de protección social no está desarrollado.
CAMBOYA
El gobierno adoptó una directiva bajo la cual los trabajadores suspendidos recibirían parcialmente sus salarios, 40 por ciento pagado por el empleador y hasta un 20 por ciento por parte del gobierno.
Se estima que alrededor de 200 fábricas han suspendido o reducido su producción, y al menos 5.000 trabajadores perdieron sus puestos de trabajo.
MYANMAR
La escasez de materiales produjo el cierre de al menos 20 fábricas y destruyo 10.000 puestos de trabajo.
VIETNAM
En 2020, Vietnam tenía como objetivo realizar $42 mil millones de dólares en exportaciones textiles y unos $24 mil millones en productos de cuero y calzado.
Un objetivo difícil de alcanzar en el contexto de la crisis provocada por el COVID-19, ya que la industria textil vietnamita importa actualmente el 99% del algodón, el 70% de las fibras y el 80% de los tejidos, siendo China su mayor proveedor.
Vietnam importa actualmente alrededor de dos tercios de las materias primas de China.
Se estima que entre 440 000 y 880 000 trabajadores pudieron ver sus horas de trabajo reducidas o perdieron sus trabajos, afectando a, casi 1,3 millones de personas.
INDIA
En promedio, India exporta entre 20 y 25 millones de kg de hilo de algodón al mes a China.
Los precios del hilo de algodón han caído en un 3-4% en el mercado interno, ya que los comerciantes anticipan una demanda reducida de China.
Una segunda ola del coronavirus traerá una disminución en las importaciones de hilo de algodón de China y, por lo tanto, afectará el negocio de exportación de hilo de la India.
Esto desviará el excedente de hilo de algodón de la India al mercado interno, reduciendo aún más el precio del hilo de algodón.
India importa anualmente desde China por valor de 460 millones de dólares
También importa más de 140 millones de dólares en accesorios como botones, cremalleras, perchas y agujas.
La India no tiene una base de suministro nacional para atender una demanda tan importante de estas materias primas.
Si una segunda ola llegase, los fabricantes de prendas de vestir de la India necesitarán mirar otras alternativas, incluido el abastecimiento local, que a su vez puede aumentar el costo de los productos terminados en un 3-5%. Además de esto, identificar proveedores en tan poco tiempo puede afectar los plazos de entrega, la calidad y el costo.
El gobierno indio ha proporcionado un gran alivio a los fabricantes de hilados sintéticos de la India al abolir el derecho antidumping del 2,5%
Sin embargo, la Asociación Textil India ha señalado que también puede haber un impacto positivo en India.
Durante el mes de enero, los compradores de Europa y EE. UU. Generalmente viajan a China para negociar con los exportadores de prendas de vestir para la próxima temporada.
Sin embargo, debido al susto del coronavirus, la mayoría de los compradores están buscando alternativas.
Un factor que todavía juega a favor de China es que varias empresas ya han producido sus prendas para la temporada de primavera y verano.
Sin embargo, si la situación persiste durante los próximos meses, los compradores se verán obligados a explorar seriamente otras opciones en las que Bangladesh e India podrían situarse por delante de Vietnam, Camboya o cualquier otro proveedor del sudeste asiático.
India tiene una ventaja, ya que tiene una cadena de suministro completa, pero la otra cara de la moneda es que los fabricantes de prendas de vestir de la India no tienen la ventaja. ni la competitividad de costos para presentarse como una alternativa creíble.
Las estimaciones de la Asociación de Fabricación de Ropa de la India indican que la industria india ha sufrido pérdidas de $ 13 mil millones como resultado de cierres y cancelaciones de pedidos.
PAKISTAN
En Pakistán, las cancelaciones de pedidos textiles se estiman en $ 1.3 mil millones, afectando a cientos de fábricas y millones de trabajadores.
BANGLADESH
La Asociación de Fabricantes y Exportadores de Ropa de Bangladesh (BGMEA), emitió un comunicado explicando que las principales marcas cancelaron exportaciones de textiles por valor de $ 3,110 millones (967 millones de piezas), lo que afectó a 1.123 fábricas y 2,23 millones. de trabajadores que están sufriendo los efectos de la crisis, la mayoría de ellos han perdido sus trabajos debido a cancelaciones de pedidos y fuerte caída de la producción.
Únicamente un 20 por ciento de las empresas son capaces de seguir pagando los salarios de sus empleados durante más de treinta días.
Más de un millón de trabajadores ya han sido despedidos o cesados sin sueldo.
AFRICA OCCIDENTAL
África Occidental exporta la mayor parte de su algodón, siendo casi inexistente la industria de transformación.
Al igual que en otros países productores de algodón, las existencias en África se fueron acumulando.
Las empresas algodoneras de África Occidental no consiguen vender el algodón de la campaña 2019/20 debido a la caída del consumo.
En Costa de Marfil la Asociación Profesional de Empresas Algodoneras de Cote d’Ivoire (Aprocot-CI) estima que solo el 20% de la cosecha se había vendido a mediados de junio 20.
Con la caída de los precios mundiales, los precios de compra de algodón a los productores se han revisado a la baja en los principales países de África Occidental para la campaña 2020/21
COVID Y LA DEMANDA DE ALGODÓN
Una de las consecuencias inmediatas de la pandemia de coronavirus fue y es la caída de la demanda de algodón.
Entre los meses de marzo y abril de 2020, el consumo global de algodón cayó un 6,5%, convirtiéndose en el mayor cambio mensual registrado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en los últimos años y al final de la campaña 2020, alcanzara el nivel más bajo en los últimos seis años.
Entre marzo y abril 2020 las exportaciones mundiales cayeron un 6,7% y las importaciones un 6,5%.
Entre el 16 de enero y el 15 de abril, los precios del algodón en el mercado a término de Nueva York se derrumbaron en un 27%.
Entre el inicio de la crisis en octubre 2019 y finales de marzo 2020, el volumen de algodón hilado cayó en un 85%.
China, India y Pakistán son los mayores consumidores mundiales de algodón.
Al final de la campaña 2019-2020, los stocks aumentaran en un 14%.
Otra consecuencia no menos importante es el impacto en el nivel de vida. El desempleo en los Estados Unidos aumento a un ritmo sin precedentes, (40 millones de desocupados) dejando menos ingresos gastados en artículos discrecionales como la ropa.
Tras la contención contra la propagación del coronavirus, la industria textil mundial quedo prácticamente paralizada y el algodón ya no se vende por falta de consumo. Los precios de la fibra llegaron a su nivel más bajo desde la crisis de 2008.
El coronavirus aplasto el mercado mundial del algodón. A 49 centavos la libra en la Bolsa de Valores de Nueva York, la fibra alcanzo el nivel más bajo de una década, el algodón perdió durante el primer trimestre 2020 un tercio de su valor en 37 días.
EL IMPACTO DEL COVID-19 EN LA INDUSTRIA TEXTIL
Si bien los problemas de suministro y la caída del consumo son los dos principales impactos de la epidemia de COVID-19 en la industria textil, en realidad hay muchos más.
El sector de la confección tiene una característica especial: la industria trabaja en base a «colecciones» (al menos dos por año, a menudo más), y la ropa o los accesorios se vuelven obsoletos rápidamente.
En consecuencia, un retraso o una interrupción parcial o total de la producción es irrecuperable.
Esto significa, que el impacto del COVID se sentirá durante 2 años como mínimo, desde la finalización del confinamiento (parcial en ciertos países), ya que la mayoría de las principales marcas planifican y producen sus colecciones con 8 a 12 meses de anticipación.
Por lo tanto, es probable que las colecciones para la temporada otoño-invierno 2020 se vean significativamente interrumpidas.
Si bien los problemas de suministro y la caída del consumo son los dos principales impactos de la epidemia de COVID-19 en la industria textil, en realidad hay muchos más.
Segundo impacto: caída del consumo
En el otro extremo de la cadena de la industria textil está situado el consumidor.
La ecuación es relativamente simple: si se anima a las personas a permanecer confinadas en sus hogares y las tiendas de ropa y accesorios cierran, automáticamente se cierra el negocio.
Por tanto, ya sean pequeñas empresas o cadenas globales, todas las marcas de la industria textil vieron su facturación fuertemente impactada por esta crisis sanitaria, pero representa más del 70% del crecimiento anual del consumo de lujo. Así que ha habido una dependencia desproporcionada durante bastantes años del consumidor chino. Pero a medida que la pandemia paralizo el país, esa dependencia se transformó cada vez más en una debilidad y resulto ser desastrosa.
En consecuencia, el consumo de prêt-à-porter se trasladó a los canales de comercio electrónico.
En realidad, dado que la ropa no se considera un bien esencial, la entrega a domicilio de estos productos, naturalmente, no es una prioridad. Amazon y otros gigantes minoristas en línea recibieron y aplicaron instrucciones restrictivas a este respecto.
Ropa: el coronavirus provoca el pánico en la industria textil
En el caso de las marcas de lujo, la mayoría de las producciones se realizan efectivamente en Europa y, por tanto, tratan de retrasar las colecciones para no generar demasiados stocks.
Para las marcas europeas de prêt-à-porter premium, de gama media, así como para la moda rápida, Asia, y especialmente China, son un área de producción importante y esta es a partir de allí donde se gestionaba el suministro de puntos de venta para todo el mundo.
Sin embargo, la producción se vio totalmente afectada, porque las fábricas chinas fueron reabiertas con personal reducido
Incluso en las áreas no afectadas directamente por el virus, la actividad se vio reducida ya que, los empleados, se fueron con sus familias para el Año Nuevo chino, en toda China, y la mayoría no pudieron regresar a su lugar de trabajo debido a las restricciones de viaje.
La recuperación, fue acompañada de medidas muy contundentes con medición de la temperatura a la llegada al trabajo, desinfección del local periódicamente durante el día e incluso cuarentena para casos sospechosos.
Suministro de tejidos, el próximo obstáculo
En consecuencia, parece difícil para las marcas que han construido su modelo con una producción predominantemente china puedan defender sus posiciones durante la próxima temporada. Sus precios, márgenes y, por tanto, su lugar en un mercado muy competitivo, podrían verse debilitados. Por el contrario, los actores que ya han previsto otras fuentes de suministro podrían aprovechar la situación para ganar cuota de mercado.
En la actualidad, todavía es difícil evaluar los impactos a medio plazo de esta crisis del coronavirus, pero las marcas que combinan tanto la producción en China como la dependencia de los consumidores chinos parecen ser las más expuestas.
Las empresas que venden sólo «etiquetas privadas», o una marca determinada, son extremadamente vulnerables porque les resultará más difícil cambiar de proveedor.
Debido al virus, los consumidores chinos dejaron de viajar para realizar compras de lujo en ciudades como Nueva York y París.
La preocupación hoy día es la salud y no la ropa.
PANDEMIA Y PRODUCCION ALGODONERA
El algodón fue una de las materias primas más afectadas por la pandemia de Covid-19. No tanto a nivel de los precios, que se mantienen hoy día relativamente altos, artificialmente», sino a la destrucción de la demanda.
Covid-19 ha golpeado duramente a la industria textil mundial y, por lo tanto, a toda la cadena de valor del algodón.
Anteriormente el mercado se había visto bastante sacudido por los dieciocho meses de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, que decayó en intensidad con el llamado acuerdo de fase 1 alcanzado en enero de 2020.
Las pérdidas para la industria algodonera mundial se estiman en 5.000 millones de dólares.
Si bien las ventas por Internet aumentaron durante el período de confinamiento, no fueron suficientes para compensar la pérdida de compras en las tiendas.
En general, se espera que la disminución de la superficie y la producción mundial de algodón en 2020/21 sea mucho menor que la de la demanda de algodón, a pesar de la caída de los precios ya que varios países, productores como Estados Unidos, India o China, subvencionan el algodón a través de programas gubernamentales, limitando así la disminución de la superficie.
El resultado podría ser que el mercado se encuentre saturado de algodón ante una demanda aún tímida y los precios seguirán bajo presión.
¿Afectará la prohibición estadounidense del algodón de Xinjiang en China al mercado del algodón?
Se ha dado un paso más en la guerra comercial entre Beijing y Washington con la decisión, de prohibir las importaciones de algodón, y de hilados de algodón, textiles y prendas de vestir de la provincia de Xinjiang en China, que utiliza el trabajo forzoso de minorías, en particular uigures.
Durante varios meses, la administración estadounidense ha denunciado los abusos contra los derechos humanos en la provincia semiautónoma del oeste de China.
En junio pasado, el presidente Trump firmó una ley que autorizaba sanciones estadounidenses contra funcionarios chinos en Xinjiang.
Según las Naciones Unidas, China detiene a alrededor de un millón de uigures y otros grupos étnicos en campamentos en Xinjiang, algunos de los cuales son sometidos a trabajos forzados.
Beijing niega el maltrato a los uigures y dice que los campamentos son centros de formación profesional necesarios para luchar contra el extremismo.
En reacción a estas futuras prohibiciones que serán implementadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza luego de una orden de retención de liberación, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha estimado que Estados Unidos no estaba preocupado por los derechos humanos, sino que era un pretexto para oprimir a las empresas chinas, desestabilizar Xinjiang y difamar la política china de Xinjiang.
El portavoz aclaró que China tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar los derechos e intereses legítimos de sus empresas.
¿Qué impacto en el mercado mundial del algodón?
El algodón en China proviene principalmente de Xinjiang (alrededor del 80%). Sin embargo, muchas marcas dependen indirectamente de este algodón al fabricar sus prendas en China
En julio pasado, la Coalición Acabar con el Trabajo Forzoso en la Región Uigur, una coalición de más de 180 organizaciones estimó que aproximadamente una de cada cinco prendas vendidas en todo el mundo contiene algodón o hilo de Xinjiang que está vinculado al trabajo forzoso de los uigures y pidió a las marcas de ropa y minoristas que dejen de utilizar el trabajo forzoso.
En marzo el Instituto Australiano de Estrategia Política (ASPI) señaló con el dedo a grandes marcas como Adidas, Lacoste, Gap, Nike, Puma, Uniqlo, H & M…
Frente a un posible boicot de los consumidores, pero también a las demandas de los inversores, el margen de maniobra de las principales marcas de ropa es estrecho ya que las cadenas de suministro son complejas. Surge la cuestión de la trazabilidad del algodón. Para algunas marcas, el uso de algodón sostenible, certificado Better Cotton Initiative (BCI) es una solución.
De hecho, la BCI suspendió la certificación de algodón en la provincia de Xinjiang a partir de septiembre de 2019 y asegura en un comunicado con fecha del 4 de agosto de 2020 que no se otorgará ninguna licencia para la campaña 2020/21.
En segundo lugar, surge la pregunta de cómo los chinos podrán aceptar continuar importando algodón estadounidense mientras su algodón esté prohibido en los productos textiles importados a los Estados Unidos.
Sin embargo, China también es el mayor importador mundial de algodón y compro el 30% de las exportaciones de algodón estadounidenses en 2019/20 con un aumento del acuerdo de fase 1 firmado a principios de año. Por lo tanto, es probable que se intensifique la confusión que reina en el mercado del algodón.
Covid-19: los sectores del algodón y el poliéster en plena incertidumbre
Frente a la crisis de Covid-19, los precios del petróleo cayeron a su nivel histórico más bajo.
Planteando la cuestión del impacto a corto y medio plazo en los precios de los tejidos sintéticos y artificiales.
Una crisis que se produce diez años después de una subida récord de los precios del algodón en 2011, que también han caído de forma pronunciada desde enero, lo que sugiere un descenso de las superficies agrícolas previstas para las próximas campañas.
China es el mayor productor de polyester del mundo.
EL polyester esta estrechamente ligado al petróleo.
Prepárese para la recuperación, porque, como era de esperar, China captura dos tercios de las fibras de poliéster.
El mercado mundial del polyester se valoró el año pasado en más de 100.000 millones de dólares, más de la mitad de los cuales correspondieron únicamente al sector de la confección.
Según el informe de Textile Exchange de 2019, el poliéster representó el 51,5% de las fibras producidas. Muy por delante del algodón (24,4%).
A finales de 2010, los precios del algodón se dispararon un 160% debido a malas cosechas, bajas existencias mundiales y una China decidida a comprar todo el oro blanco que pueda.
Para ahorrar márgenes, las marcas recurrieron a productos básicos, y han jugado la carta de las líneas «premium» o han apostado por productos sintéticos.
Estas estrategias encontraron un fuerte eco en los consumidores, en medio de una explosión de la demanda de ofertas deportivas, lo que llevaría a Greenpeace a predecir una duplicación del mercado para 2030.
Una disminución que generalmente suele ser acompañada de una disminución de las superficies destinadas al algodón ya que los agricultores, prefieren otros cultivos más rentables.
Ya sea un agricultor indio que está luchando por obtener pedidos o un fabricante de Bangladesh que acaba de recibir una anulación de pedido de una gran marca porque nadie consume, el resultado es el mismo.
También es difícil imaginar la dificultad de los 28 millones de pequeños agricultores (24 millones en Asia, 4 millones en África), cuyos ingresos dependen del algodón
Existe un desfase de unos seis meses entre el precio del petróleo y el del poliéster.
La producción mundial de algodón todavía se estima para la temporada 2019/2020 en 25,9 millones de toneladas. Pero las estimaciones del lado de la demanda se revisaron a la baja el 1 de abril, y se redujeron a 24,6 millones de toneladas.
De la misma manera que algunos ven el Covid-19 como un acelerador para la reubicación del abastecimiento, algunos observadores ven esta crisis como el punto de partida para una carrera hacia el poliéster reciclado.
Este último representó solo el 13% de los poliésteres en la industria en 2018, frente al 8% diez años antes.
ARGENTINA
Argentina ha producido durante la campaña 2019/20 280.000 toneladas de fibra, teniendo en cuenta que el consumo nacional se sitúa en unas 80.000 toneladas, esto quiere decir que quedarían unas 120.000 toneladas a la exportación ya que felizmente una parte pudo exportarse.
En el sector del algodón trabajan en Argentina 30 mil productores y la exportación genera unos 150 millones de dólares por año aproximadamente.
La pandemia podría comprometer la siembra de la campaña 20/21
ya que la falta de mercado nacional e internacional podría dar lugar a que quedase algodón en los campos sin recoger debido a que los productores podrían estar sufriendo serias dificultades económicas. Este fenómeno paralizaría las desmotadoras que no recibirían algodón y de esta manera toda la cadena de valor se vería afectada. En muchas zonas de Argentina los rindes llegan a 2500 kg por ha y los picos a 4000 kg.
La calidad para la campaña 20/21 se cree que será mejor aún que la de la campaña 19/20 o como mínimo similar.
El problema real en Argentina no es producir algodón, ya que los agricultores hacen esto desde hace casi 500 años.
El desafío real hoy día y el único camino para la venta del algodón argentino es el acceso a los mercados internacionales y las interacciones entre productores, negociantes internacionales, hilanderos y consumidores o sea las cadenas cortas es necesario aumentar estas cadenas y transformarlas en verdaderas redes de suministro social y económico.
Es evidente que siendo Argentina el país algodonero en donde el coste de producción por hectárea es casi el más barato del mundo , entre 600 y 700 dólares, con una productividad por hectárea en constante progresión, las nuevas variedades desarrolladas por el INTA, , una producción de algodón geográficamente concentrada , una capacidad de desmote para 1 millón de toneladas y una calidad de fibra que se va mejorando año tras año, no existe ninguna razón para que el algodón argentino no pueda exportarse y obtenga un precio justo en el mercado internacional.
Hay que apuntar cada vez más a un mercado exigente con fuerte valor añadido.
Para lograr esto es necesario:
1-Una denominación de origen otorgada por la provincia.
2-Certificación de trazabilidad completa (etiquetas) certificada por la provincia.
3-Clasificación HVI con estándar ICA-BREMEN en cada fardo.
4-Operación de marketing explicando las ventajas del algodón argentino y sus aplicaciones diversas, incluyendo los productos derivados. Fibrilla, semilla, aceite, y alimento para animales.
5-La posibilidad para los hilanderos extranjeros de recibir una calidad de fibra homogénea y trazable.
6-La garantía del Gobierno Provincial que no trabajan niños en las diferentes etapas de la producción algodonera.
7-Incentivar la exportación con la supresión progresiva del IVA.
8-Incentivar la instalación de hilanderías extranjeras en las provincias productoras de algodón que podrían aprovechar de la cercanía del suministro de la materia prima.
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